El presidente de la Cooperativa El Progreso de Villarrubia de los Ojos Jesús Julián Casanova hace un balance de esta última campaña de aceituna y el panorama general del sector agrícola en nuestra región.
La crisis agraria está afectando de lleno a los municipios de La Mancha, los costes de producción siguen subiendo y el descontento por parte de los agricultores no cesa ante la demanda de mejores condiciones para este sector que es la base de nuestra economía y marca de la identidad manchega. Casanova lidera una de las cooperativas más importantes a nivel regional y nacional, un negocio de éxito que trabaja día a día para seguir afianzando su posición en el mercado comercial y ser baluarte de la economía y cultura manchega. A pesar del gran esfuerzo y la expansión de la cooperativa villarrubiera a los mercados internacionales, se sigue detectando cómo las bases de este sector están tambaleándose desde sus pilares más esenciales.
¿Cómo resumiría el balance de esta campaña en comparación con la del año pasado?¿Cómo ha afectado las últimas precipitaciones del año pasado a la cosecha?
Siempre se puede hacer mejor, así que diré que hemos cerrado la campaña con un balance aceptablemente bueno. Teníamos una previsión en la merma de la cosecha de un 40% en la producción, y sin embargo ha sido algo menos del 30%. Los rendimientos porcentuales de aceituna han sido bajos, no obstante ha subido el precio del aceite a granel, que no es tan bueno para los consumidores, pero muy beneficioso para los agricultores. También hemos doblado la producción del hueso de la aceituna para las calderas de biomasa.
Por otro lado, las lluvias han venido bien para las olivas que llevaban retraso, pero a causa de las precipitaciones, mucho fruto ha caído al suelo y se ha perdido.
¿Cuáles eran los objetivos marcados para este año? ¿Se han cumplido las expectativas del pasado año 2022?
Afortunadamente sí. El precio del aceite y vino a granel en estos momentos es aceptablemente bueno. La comercialización de vinos envasados ha aumentado un 13% y un 240% en aceites envasados, tener estos datos en un año económicamente complicado, es un gran logro para El Progreso.
Ante el concepto de España vaciada sabemos que los jóvenes tienen un papel determinante en este fenómeno, ¿qué rol toma la población más joven en la agricultura dentro de nuestra región?¿es a día de hoy el sector agrícola una salida laboral en La Mancha?
Creo que el campo siempre es una buena salida laboral y más en La Mancha, pero no siempre se transmite un mensaje positivo hacia este tema. En estas dos últimas generaciones muy poca gente se dedica a la agricultura, quizá porque históricamente no ha sido bien valorado y no logramos vincular a los jóvenes con la tierra, su tierra. Yo amo el campo porque en mi casa me lo enseñaron, quizá en muchos hogares se aprende que ir a podar o vendimiar debe ser siempre la última opción. Tendríamos que trabajar en cómo transmitir este mensaje para darle el valor que se merece.
La cooperativa El Progreso además de ser un referente a nivel empresarial, contribuye a la cultura y otros valores a través de sus Premios Nacionales Vinos Ojos del Guadiana, ¿cómo se presenta la organización de esta gala tan prestigiosa para el mundo manchego?
Nuestro objetivo es premiar y reconocer a personas que de una forma u otra se han distinguido por su oficio, labores u ocupación, y siempre intentamos que tengan algún vínculo con La Mancha, abarcando la categoría nacional, sociocultural, social y local. La cantidad económica de premios que otorgamos siempre van destinadas a una causa benéfica que elija el galardonado. Este 3 de marzo tendrá lugar la XVIII edición, que además coincide con el 106 aniversario de nuestra fundación.
La cooperativa de un pueblo de La Mancha supone uno de los pilares base de la economía local, ¿es difícil ser responsable de semejante cargo?
Siempre digo que una cooperativa es como un país, con el mismo sistema de elecciones, con diferentes organismos encargados de diversas tareas y además es responsable de la mayoría de los activos de los ciudadanos. Por supuesto tiene mucha dificultad y cierta presión, pero intentamos hacerlo lo más dignamente posible.
El Progreso siempre ha tenido una mirada al comercio exterior, ¿se está centrando demasiado en lo de fuera y se está abandonando el colectivo local?
Al final todo lo que progresemos con la comercialización internacional es beneficioso para nuestros socios, y eso es lo que se busca siempre desde El Progreso, seguir creciendo y ofrecer a sus socios la mejor rentabilidad.
¿Qué papel toman las mujeres en la cooperativa?
Sin duda un papel fundamental para el funcionamiento de El Progreso. Más del 40% de nuestros socios son mujeres, y dentro de nuestro consejo rector tenemos a 5 de ellas, con el objetivo de que tengan su representación en la toma de decisiones así como darles el valor que merecen a través de nuestro plan de igualdad interno, todo ello reflejado en el certificado de igualdad de género en las empresas que nos ha concedido recientemente el Ayuntamiento.
Ante la crisis del sector agrícola, ¿qué puede hacer una cooperativa local como El Progreso?.
Lo único que podemos hacer es defender los productos de nuestra tierra lo mejor que podamos dentro de la situación comercial en la que nos encontramos. Considero también que una de las causas por las que el campo en ocasiones no es rentable es porque el agricultor debe concentrar el tamaño de su explotación y profesionalizarlo, trabajar para manos a ajenas no siempre es la mejor opción.