Las labores agrícolas en la explotación del campo no son solo tareas destinadas a los hombres. Las mujeres de nuestra tierra comienzan a jugar su rol como exitosas agricultoras y grandes emprendedoras.
Nos desplazamos hasta Villarrubia de los Ojos en la provincia de Ciudad Real para conocer a María Sánchez-Crespo, una joven agricultura que está recogiendo el testigo familiar para elegir su salida laboral: el campo.
Ser agricultor en La Mancha es algo más que común, pero ser mujer y dedicarte a la explotación del campo, es algo que no se ve todos los días, ¿está socialmente aceptado o encuentras dificultades en tu actividad empresarial por el hecho de ser mujer?
Generalmente sí está aceptado o al menos debería, pero no es algo tan común en mi entorno. Muchas veces caemos en el error de que gestionar un patrimonio agrícola es cosa de hombres. Ir a podar, vendimiar, azufrar o conducir un tractor son tareas que pueden realizar ambos, de la misma forma que gestionar fiscal y administrativamente el campo y el papeleo que conlleva.
¿Cómo fue tu comienzo como agricultora?
En este sentido es sumamente importante la influencia del entorno familiar, es decir, el relevo generacional. Yo elegí la agricultura como salida laboral porque mi padre y antes de él mi abuelo, se han dedicado a la explotación de la vid y el olivo toda su vida. En mi casa soy hija única, y no podía permitir que todo el patrimonio agrícola de mi familia se perdiese, ellos son los que me han enseñado la importancia de nuestros recursos y cómo sacarles partido.
Actualmente, ¿cuál es tu función u ocupación?
Mi padre me va guiando e inculcando sus conocimientos sobre el campo, como las fechas de poda, de azufrar, de abonar o de recolectar, también el manejo de maquinaria, los productos utilizados para la mejora y el buen funcionamiento de la explotación. Intento hacer las mismas labores que mi padre, pero generalmente mi labor es la administración de las fincas y su producción.
Mucha gente piensa que para trabajar en el campo no se requieren conocimientos, ¿es cierto?
Rotundamente no. Incluso para ser peón hay que saber cómo hacerlo, de ello dependerá que el campo dé su máximo rendimiento. Yo personalmente cuando me incorporé a la agricultura realicé una formación en la cual aprendí todos los saberes básicos de cómo gestionar manualmente y administrativamente el campo. Además estudié el Grado Ciencias y Tecnologías de los Alimentos, con el objetivo de tener más conocimientos para el día de mañana poder dar un paso más en nuestra explotación y elaborar nuestros propios vinos.
¿Alguna vez te has sentido infravalorada por tu papel como agricultura?
Lo cierto es que sí, y sorprendentemente el prejuicio ha venido por parte de las propias mujeres, quizá porque en La Mancha todavía tenemos un concepto algo retrógrado del papel femenino en la agricultura y ellas mismas siguen pensando que es cosa de hombres. Me consta que piensan que no soy capaz por ser mujer o que no tengo las mismas capacidades de un hombre en cuanto a fuerza o destreza en el campo. Si me vieran subida en un tractor, se extrañarían bastante, lo tengo claro.
En ocasiones las mujeres son las propietarias del patrimonio y son sus maridos o hijos son quienes se encargan de trabajarlo, ¿consideras que deberían ser ellas quienes tomaran las riendas?
A veces estas mujeres ya tienen su ocupación como amas de casa y eso les gratifica mucho y es respetable, no obstante, en mi opinión, creo que ambas tareas son compatibles tanto para hombres como mujeres. Yo soy ama de casa y también soy agricultora. Para mi es muy satisfactorio poder ver el resultado de mi trabajo y esfuerzo, tanto en la casa como el campo.
¿Tienes nuevos proyectos como agricultora y avanzar en el progreso de tus explotaciones?
Siempre es importante crecer, por eso hace unos años me hice propietaria de una antigua bodega, la reformé y la habilité, con el proyecto futuro de elaborar nuestros propios vinos. Creo que es muy bonito y reconfortante ver cómo tus propias uvas, las que tanto trabajo llevan, llegan a su punto final de producción, que es el vino. Hacer yo misma todo el proceso es algo que quiero llevar a cabo, por eso estamos inmersos en este nuevo proyecto. Para mí el campo no es solo ir a vendimiar, ir a la cooperativa y recibir el pago, para mí es algo que debe crecer, progresar y siempre mejorar, y ese es mi objetivo como agricultora y como mujer.