jueves, 30 noviembre, 2023
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Los bares, la resistencia de los negocios que sobreviven en los pueblos con menos de 100 habitantes

Rosa Hidalgo es propietaria de un bar en Huertezuelas de Calatrava, una pedanía de unos 50 habitantes en la que solo han sobrevivido al paso del tiempo un negocio, los bares.

El Bar La Salilla se ubica en el centro de esta localidad perteneciente a Calzada de Calatrava, un lugar idílico rodeado de naturaleza en la falda manchega de Sierra Morena. Antes del éxodo rural a mediados del S XX, Huertezuelas llegó a tener hasta 1500 habitantes, hoy son menos de una centena. Nos cuenta Rosa que antes había negocios de todo tipo, además de los bares, eran comunes los oficios de herreros, carpinteros o panaderos, así como había establecimientos como tiendas de alimentos y ultramarinos, donde vendían todo tipo de productos. No obstante, como en muchos otros pueblos de La Mancha, el tejido económico local estaba liderado por la agricultura y la ganadería.

La salida de muchos jóvenes que se fueron en los años 60 a ciudades más grandes como Madrid o Barcelona en busca del progreso y un trabajo mejor, dejó a pueblos como Huertezuelas sin futuras generaciones, sin gente que invirtiera e hiciera uso de los negocios de la localidad, por lo que según fueron pasando los años, fueron cerrado todos. Los únicos negocios que han sobrevivido son dos bares, que con mucho esfuerzo siguen manteniéndose para no dejar morir la vida comercial y social del pueblo. Conozcamos la actualidad empresarial de Huertezuelas de Calatrava y por qué los bares prevalecen por encima del resto de negocios.

¿Qué salidas laborales tiene un municipio como Huertezuelas?

Evidentemente pocas. Ya no hay negocios que den de comer a nadie, y ni siquiera el campo es a día de hoy una salida, porque no hay gente para ir a trabajar la tierra y todos los olivares se están echando a perder y apenas quedan piezas de ganado o huertos que den autoabastecimiento a los vecinos. Tengo tres hijos y los tres han tenido que marcharse de aquí tanto para estudiar como para trabajar, aunque vengan los fines de semana porque les guste el pueblo, nunca se quedan más de 2 o 3 días, porque no hay nada que hacer aquí. Ningún joven que salga de aquí puede volver para quedarse.

¿Por qué decidiste quedarte en tu pueblo y hacerte cargo de un negocio?¿Es rentable?

En un primer momento pensé en marcharme pensando en el futuro de mis hijos, pero hace 26 años no estaba la cosa tan mal, había más gente joven como yo en ese momento, y mi marido trabajaba, así que decidí arriesgarme y montar el bar, primero porque quería quedarme aquí y el negocio me pareció buena idea, y segundo porque quería contribuir a que la vida en el pueblo no se perdiera del todo.

Al principio nos podíamos mantener bien con los ingresos del bar, pero a día de hoy no porque no hay suficiente gente que venga a comer o a tomar café. Actualmente tengo que combinarlo con otros trabajos que encuentro fuera del pueblo, si me sale algo cierro y me voy, si no tengo nada, me quedo y abro. Es cierto que durante las fiestas la población se quintuplica y hago el “agosto”, gracias a eso puedo solventar al menos los gastos que conlleva el mantenimiento, pero no gano a penas nada.

¿Cuánta gente va al bar de diario? ¿Es posible sostener una familia solo con eso?

Aunque Huertezuelas tenga censados más o menos 80 habitantes, aquí no quedan más de 50 personas, la mayoría gente mayor. La poca gente que queda por aquí sí suelen venir a desayunar o a tomar café después de comer, incluso algunos fines de semana tenemos comidas. Son pocos los huerteros que quedan, y es poco lo que hay que hacer por aquí, es probable que la única actividad social que haya sea ir al bar, por eso el negocio ha sobrevivido.

Por otro lado, si mi marido no hubiera trabajado por su cuenta, no hubiera sido posible mantener mi familia. Es cierto que aquí la vida es más barata, como no hay nada que hacer, no gastas, pero tampoco ganas mucho.

¿Por qué Huertezuelas tiene bares pero no tiendas ni médicos?

Al final las gestiones como compras, médicos, bancos o cualquier otra cosa puedes hacerlas en localidades cercanas como Viso del Marqués o Valdepeñas o incluso Ciudad Real capital. Para abastecernos de alimentos y otros productos vienen tiendas ambulantes varias veces a la semana, pero el servicio del bar, la actividad de sociabilizar, de salir de casa y encontrarte a tus vecinos de forma rutinaria no puede ser ni ambulante ni de desplazamiento, debe ser algo cercano, casual, nuestro y también asequible. Si en un pueblo como este desaparecen los bares apaga y vámonos.

Hace 26 años que tengo el negocio y lo mantengo porque me da pena abandonar un proyecto de tanto tiempo, pero sinceramente si tuviera que ponerlo ahora no lo pondría.

¿Intentar potenciar el desarrollo del pueblo emprendiendo en un nuevo negocio es viable?

Para eso tendrían que pasar muchas más cosas antes. Primero hay que potenciar lo que tenemos, atraer gente y mejorar las comunicaciones hasta aquí. Estamos en mitad de la sierra y solo tenemos dos accesos que están en muy mal estado y hasta resultan peligrosos para la conducción, eso nos quita muchos puntos. Al tener esta ubicación, mucha gente viene a realizar rutas de senderismo, o bicicleta, pero es que tampoco hay señalizaciones que guíen a esos posibles turistas, yo misma he tenido que acompañarles algunas veces porque no saben llegar. Sería interesante potenciar ese turismo rural  a través de señales informativas, así como utilizando redes sociales u otras plataformas; de esa forma mi negocio prosperaría, y daría pie a que hubiera más. Si tuviéramos mejor acceso por carretera sería viable hasta apostar por la industria, pero lo veo muy difícil.

Existen diversas ayudas y subvenciones para autónomos y emprendedores, ¿hay algunas específicas para aquellos negocios que se desarrollan en una pedanía?

Sinceramente no lo sé, pero me ocurrió algo hace unos años que me hizo desistir de este tipo asuntos. Salió una subvención para autónomos en pueblos como menos de 3000 habitantes; al pertenecer Huertezuelas a Calzada de Calatrava, contaba como que yo era calzadeña, y como Calzada supera el número, no me la concedieron. Tampoco nos ofertan ningún tipo de actividad o cursos para los que vivimos aquí, porque somos muy pocos y no les renta. Estaría bien que viniera a enseñarnos cosas, cursos o formación de cualquier cosa, eso daría algo que hacer y más vida en comunidad. Y es que honestamente yo no quiero ayudas para mi negocio, quiero ayudas para mi pueblo, para que no muera y desaparezca del mapa, dar un aliciente para que la gente no se vaya, o vuelva o quiera venir de primeras.

¿Crees que pueblos como Huertezuelas van a tender a desaparecer?

Lamentablemente creo que sí. Es cierto que mucha gente que marchó fuera y ahora se jubilan, han invertido en reformar sus antiguas casas y habilitarlas para vivir aquí, pero al final son personas de una edad avanzada, que no pueden estar en el pueblo más de 2 o 3 meses porque necesitan cuidados médicos que no son accesibles aquí y no pueden permitirse el riesgo de vivir aislados. Yo sé que hay mucha gente que querría vivir aquí si hubiera posibilidades laborales o un poco más de vida, y aunque los descendientes jóvenes de los que emigraron fuera vengan en vacaciones o fines de semana, no se quedarán, y dependerá de las siguientes generaciones y de cómo esté el mundo, la desaparición o resurgimiento de este pueblo.

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