Basta con echar un vistazo a la biografía del tristemente fallecido José Antonio Sánchez Elola, para percibir enseguida que se trataba de un hombre bueno. Un hombre bueno que siempre estuvo comprometido con la justicia social y lo hizo como lo hacen los hombres buenos, en su entorno más cercano, en su pueblo. Esa era la principal ideología de Elola: su pueblo, su Valdepeñas.
Desde muy joven a través de movimientos vinculados a la iglesia y después ya en la militancia, en Izquierda Unida, Nueva izquierda y finalmente en el PSOE, siempre estuvo vinculado a los movimientos sociales y políticos progresistas. Él practicaba la militancia política desde la concordia, y siempre concebida como la lucha a favor de los que más lo necesitaban y nunca contra nadie.
Su inesperada muerte ha dejado sin aliento a muchos de sus amigos y amigas, y su familia recibió una ola de cariño que haciendo honor a su memoria daba cuenta de la gran influencia que había ejercido en su pueblo.
Toda su actividad profesional y política estuvo siempre muy vinculada al mundo de la agricultura y del vino, en todas las facetas, desde el cultivo a la comercialización, siempre con el nombre de Valdepeñas por bandera.
En los últimos años pocos fueron los acontecimientos de importancia para la ciudad en los que Elola no tuviera un papel importante, siempre discreto, pero siempre presente, aportando lo que solo alguien como él podía aportar: un largo conocimiento de los valdepeñeros y de su forma de hacer las cosas.
Todos los que le conocían reconocen que es imposible encontrar un recuerdo en el que él apareciese enfadado o discutiendo, muy al contrario, su tono y su talante siempre invitaban al encuentro y al diálogo, de hecho, a menudo su presencia en acalorados debates ayudaba a calmar las aguas.
Supo conjugar sus valores cristianos que no abandonó nunca, con su militancia política y con su vida profesional, con múltiples desempeños siempre unidos a su querida ciudad.
Recorrer sus responsabilidades en instituciones públicas deja claro que para él lo importante de la política era el bienestar de sus vecinos y el progreso de su pueblo, en la actualidad además de gestionar la concejalía de agricultura, presidía la Ruta del Vino y era vicepresidente de Consejo Local Agrario, pero había tenido muchas responsabilidades representando los intereses de nuestro pueblo, en la actualidad era el presidente de la cooperativa olivarera de Valdepeñas Colival, que en los últimos años está viviendo un importante crecimiento comercial.
Nosotros escribimos estas líneas en homenaje y reconocimiento de alguien que debe servir como ejemplo de compromiso y puesta en valor de la política local en estos tiempos en los que tanta falta hace. En memoria de José Antonio Sánchez Elola, que ha dejado demostrado que se puede luchar con eficiencia por el progreso lejos de los focos y del protagonismo pero cerca de la gente y de sus problemas.
La historia de los pueblos, y sobre todo de la política local se debería hacer con hombres y mujeres como Elola: hombres y mujeres “en el buen sentido de la palabra, buenos”… Te echaremos de menos.