jueves, 30 noviembre, 2023
spot_img
spot_img

Valdepeñas y el arte de las rejas

El estilo modernista del s XIX y el poder bodeguero materializado en la rejería de forja.

Valdepeñas es considerada una de las capitales vitivinícolas de nuestro país y uno de los centros neurálgicos de la producción agrícola a nivel nacional. Es considerada como tal, pero lo más importante, aparenta serlo; es decir, que todo el desarrollo industrial que ha hecho progresar en los últimos dos siglos a este municipio se ve reflejado en la riqueza de su urbanismo. Un pueblo que comenzó a crear su identidad como gran ciudad de La Mancha al comenzar el siglo XIX, cuando las grandes familias de Valdepeñas utilizaron sus tierras para crear grandes latifundios de producción de plantas leñosas como la vid y el olivo, lo que junto con los grandes avances en las técnicas de producción industriales, rápidamente hizo progresar a la localidad dando empleo y riqueza al pueblo, además del prestigio que conserva hasta hoy.

Y precisamente de lo más prestigiosas eran las casas de estos grandes terratenientes valdepeñeros; localización céntrica, varias plantas, grandes ventanas y un elemento muy singular que reflejaba el portento y la riqueza de esta élite: las rejas. Los balcones, las ventanas y hasta las puertas tenían diseños de hierro forjado de lo más ostentosos y vanguardistas propios del modernismo. Las principales calles y avenidas de Valdepeñas comenzaron a llenarse de casas solariegas con imponentes fachadas de ladrillo visto y despliegues de rejería que no hacían más que exteriorizar el avance de la sociedad a la edad contemporánea.

El hierro se convirtió a finales del XIX en un elemento vinculado a la vanguardia, algo que debemos a Gustave Eiffel y su torre parisina entre otros factores, por lo que tanto en el exterior como interior de las casas y edificios públicos de Valdepeñas estaban muy presentes cualquier tipo de decoración férrea. Muchos de esos ornamentos reflejan motivos relacionados con el vino o el campo, como racimos de uvas o animales. Paseando por la localidad, podemos fijarnos en la presencia de la decoración de forja en la mayor parte de los edificios del siglo pasado, desde los más clásicos o minimalistas hasta los diseños más ornamentados que hayamos visto nunca. La arquitectura urbana no hacía más que acompañar al gran desarrollo que estaba viviendo la localidad, un pueblo que ha sabido conservar su patrimonio con planes de protección de edificios antiguos, incluyendo las fachadas que hoy todavía podemos apreciar.

No solo las élites valdepeñeras burguesas con poder bodeguero progresaron; toda la ciudad se adentró en un ascenso económico y demográfico que todavía puede verse en la fisionomía urbana. Los más ricos vincularon su prestigio a la política, reforzando así la posición de Valdepeñas en el sector industrial, cuya fortuna les permitió construir casas y palacios con un una decoración de hierro forjado que hoy se ha convertido en seña de identidad local. Por otro lado esta puerta abierta al progreso dio la oportunidad de crecer a muchos otros oriundos, aquellos que lograron aumentar sus propiedades y querían subir pisos en la escala social del momento, siguieron con la dinámica urbana e invirtieron parte su patrimonio en generar esa imagen de riqueza y opulencia del mismo modo que lo hacían los más poderosos.

Lo más interesante es que es a día de hoy, no solo se sigue manteniendo y valorando la presencia del arte de la rejería en Valdepeñas, si no que en la mente de sus ciudadanos y de los turistas, se sigue vinculando la fortuna, el progreso y el poder con elementos como el hierro utilizado en la decoración urbana.

Está claro que Valdepeñas sigue avanzando, progresando y evolucionando, pero lo más importante, lo sigue aparentando.

Lo más visto

¡Síguenos!

Lo último

spot_img

Artículos relacionados

Lo último